En primer lugar quiero hablaros a cerca de qué es eso de la
esperanza y por qué debemos mantenerla.
Cuando parece que todo, absolutamente todo está perdido,
nuestra perspectiva del mundo no es nada buena, por no decir pésima, cuando
creemos que la vida ya no tiene sentido, cuando ya no existen motivos para
seguir adelante, surge la esperanza como último recurso para encontrar un nuevo
rumbo.
Aquellos que disponemos de esto tan valioso y positivo, se desencadena
en nosotros un deseo de luchar, una fuerza especial para afrontar y seguir con
la vida cotidiana. Nos ayuda a seguir adelante cuando todas nuestras fuerzas
nos dan la espalda y por supuesto, nos da la voluntad necesaria para no
renunciar a nuestros sueños aún sabiendo que son difíciles de lograr. También,
nos ayuda a tener confianza en el
presente y una expectativa firme sobre el futuro.
De manera que pienso que la esperanza da sentido a la vida. Es aquello que nos hace ponernos
en marcha y nos da fuerza para perseguir nuestros ideales. En la práctica
trabajamos, nos movemos y actuamos porque tenemos la esperanza de llegar a
alguna parte, de lograr un objetivo, de alcanzar una meta o hacer realidad un
sueño…
Ahora bien, este mensaje va dirigido a todas esas personas que lo están pasando verdaderamente mal, que se encuentran desoladas, desesperadas, inquietas por el día de mañana, ya sea porque les van a embargar su hogar, han perdido su empleo, un ser querido... No hagáis cosas de las que luego podáis arrepentiros como tirar la toalla... Simplemente deciros que quien
algo quiere, algo le cuesta, nunca digáis nunca porque muchas veces los sueños
se cumplen y no están tan lejos de la realidad como parece, que quien la sigue la consigue
y por último…¡QUE LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE! Que aunque en
momentos concretos pensemos que la vida ya no vale la pena, es realmente
maravillosa…
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