Hace unos días viendo el programa de televisión “21 días” se dio el caso de que la
presentadora tenía que convivir 21 días con un pueblo menonita, es decir, personas
que tratan de vivir su propia vida a través de las enseñanzas de Jesús, tratan
de proporcionar la paz donde no existe, de modo que no participan en guerras y
esto, para ellos, significa mucho más que amar a Dios, significa conciliar las
diferencias con otras culturas, por ello creen
que la importancia que dan a la comunidad es una respuesta razonable a la
indiferencia de la cultura moderna. Piensan en la centralidad y
la inspiración de la Biblia y en Jesucristo como el que fue enviado por Dios para
efectuar la reconciliación entre el creador y el mundo quebrantado. Se puede
observar, por lo tanto, que los menonitas comparten las creencias centrales con
los cristianos de las iglesias católicas, protestantes y evangélicas, enfatizan
las conexiones entre la fe, las palabras y los hechos y creen que el bautismo y
la membresía en la Iglesia deben ser voluntarios.
De modo que con este reportaje me quedé muy sorprendida ya
que no conocía la existencia de este tipo de grupos y sobre todo con estas
características tan peculiares…
El que no se integren con el resto de personas del mundo,
es debido a que tienen miedo de que las nuevas tecnologías y los nuevos avances
de la sociedad les guste más que la vida que ellos mismos viven, por lo que
tratan de vivir sencillamente en
comunidades agrícolas sin aprovechar los beneficios del poder eléctrico y
automóviles. No utilizan la luz eléctrica, por lo que usan solo
faroles a gas, no poseen música, ni Internet, ni cualquier otro tipo de medio
de comunicación y solo disponen
de camionetas o tractores con ruedas de hierro, entre otras muchas más cosas…
No pueden usar ninguna de estas cosas porque su religión no se lo permite, ya
que la televisión, según la Iglesia es muy perjudicial ya que aparecen imágenes
de personas matándose. Estos grupos no
saben hablar mucho castellano y en casa con sus familias hablan alemán “bajo” y
en la escuela hablan alemán “alto”. Una familia menonita está acostumbrada a
tener muchos hijos a lo largo de su vida, pero las mujeres tienen que llegar
vírgenes al matrimonio ya que su religión así lo desea. La religión menonita
permite que sus seguidores se casen con quienes quieran, eso sí, siempre que
sean menonitas, al contrario de la religión musulmana en la que los padres son
los que deciden con quién deben casarse sus hijos, sin contar con la opinión de
estos últimos. Tanto mujeres, hombres, niños y niñas trabajan sin a penas
descanso desde que amanece hasta que anochece. Se dedican al campo, a la
elaboración de zapatos, a ordeñar a los animales, a coser, a la siderurgia… Los
menonitas crían a sus hijos desde muy pequeños de esta manera para evitar que
sean vagos en un futuro. Están muy orgullosos de ser quienes son y para ellos,
la familia es lo más importante. Este último rasgo no lo pude observar en la
familia con la que la presentadora convivió porque el bebé de dicha familia
menonita, sufría parálisis cerebral y no le era posible andar teniendo ya dos
años. Por lo que, aún estando de acuerdo sus propios padres de que la vida de
su pequeño sería mucho más fácil con luz eléctrica, se oponen a usarla ya que
dicen que como están acostumbrados a no disponer de ella, no importa que no la
tengan. En cambio, vi cómo los hermanos un poco más mayores que el bebé,
cuidaban de una manera muy afectiva y cariñosa a su hermano enfermo, por lo que
esto me produjo una gran sensación de madurez por parte de dichos niños. Me es
realmente impactante que estos grupos después de tantos siglos y pasado tanto
tiempo sigan manteniendo su cultura y no la quieran cambiar aunque ayude a
mejorar el nivel de vida de ciertos miembros de su familia.
Con todo esto, podemos observar que todos estos rasgos son
muy diferentes a los nuestros y que estas personas viven realmente muy alejadas
de nuestra propia realidad.
Reflexionando sobre este tema llego a la conclusión de que
si ellos pueden vivir sin televisión, radio,
Internet o sin móviles… ¿por qué nosotros no? Estamos muy mal
acostumbrados a utilizar estos símbolos subculturales a diario y a que por lo
tanto, constituyan nuestra vida cotidiania como medio para poder identificarnos
como personas… Por lo que creo que todo es cuestión de adaptarse a prescindir
de ellos poco a poco.
La Iglesia menonita se originó en
Europa en el siglo XV y, actualmente hay en el mundo aproximadamente 1.480.000
miembros, distribuidos en 82 países y en todos los continentes, pero sin duda,
el continente que más menonitas tiene es África.
Son cada vez más urbanos,
multiculturales, conscientes de la sociedad y sus necesidades y están comprometidos
a llevar adelante una visión del cristianismo en la cual las creencias y las
acciones se entretejen como expresión de una fe íntegra.
Elena H.
Hola Elena, me gustaría saber en que lugar del mundo se realizó esto. Por favor. Gracias.
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